Queridas hijas e hijos,
La resurrección de Cristo que celebramos hoy es el centro de nuestra fe cristiana, así como el Apóstol Pablo dijo: "Si Cristo no ha resucitado, vana es nuestra fe" (1 Co 15, 14) . El Evangelio de hoy nos explica la carrera emprendida por Pedro y Juan a la tumba - una tumba vacía.
Pedro y Juan: somos nosotros mismos los que nos dirigimos a la tumba, nuestra tumba. Sin embargo, a la vista de la tumba vacía y la ropa plegada en una esquina, Juan instantaneamente comprende y cree ...
La fe, esta convicción que sobrepasa la razón, produce en nosotros la esperanza. La fe es un don de Dios, sin duda, pero exige ser alimentada, alimentada por la oración, por la relación íntima y personal con el Resucitado, en el secreto del corazón, contemplando esta "presencia ausente" que, paradójicamente, nos llena de alegría y de acción de gracia.
Sí, Cristo ha resucitado; en el camino de la tumba nosotros lo encontraremos , vivo y dador de vida, Él nos llamará por nuestro nombre y podremos decir con el santo Job: "Yo sé que mi Salvador vive, y el día que viene Él estará delante de mí y mis propios ojos verán a Dios, mi Redentor. ... "
A Él la alabanza y la gloria por los siglos de los siglos.
Recibid de mi el beso santo Pascual: Cristo ha resucitado! En verdad ha resucitado!
+ Gregorio
por la misericordia de Dios
obispo de Arles y de la Iglesia Ortodoxa de las Galias